23 julio, 2009

Algunos ¿Por qué? son "PORQUERÍAS"

Esta semana tuve una sesión muy bonita. En general disfruto mucho de mi trabajo, pero hay momentos especiales como lo fué éste.

Cuando una cliente te dice que ya no necesita seguir, que se siente preparada para seguir adelante, que se encuentra estupendamente bien, sólo cuatro semanas después de haber llegado angustiada, enfadada, y con muy pocas esperanzas de salvar su matrimonio, es muy gratificante.

Me identifico mucho con Jorge Bucay cuando dice que él es un "ayudador profesional" mi vocación es ayudar a las personas a resolver sus conflictos, a encontrar nuevos caminos para transitar sus vidas, y me hace feliz cuando lo consiguen.

Está claro que todo el trabajo y el mérito es del cliente: mi éxito es SU éxito, y siento una profunda alegría cuando ellos me cuentan sus progresos y sus logros, significa que he hecho bien mi trabajo...

Pues bien, esta clienta, ha conseguido dar un giro a su vida a partir de una consigna que, conjugada con un intenso trabajo, ha sido el disparador de un cambio vital.

-Cambia de pregunta. En vez de preguntar y preguntarte "por qué", comienza a preguntarte "para qué", le indiqué en la sesión anterior.

Cuando nos preguntamos Por qué, volvemos al pasado, rebuscando entre la basura, alimentando el rencor, y aumentando la ira. El Para qué, en cambio, nos remite a la acción, al presente y al futuro inmediato, nos motiva al cambio.

Puede que suene raro, pero en casi todas las preguntas trascendentales de nuestra vida puede reemplazarse el por qué por el para qué y ello nos permitirá ser conscientes de la verdadera motivación que nos lleva a actuar como lo estamos haciendo, y nos da la posibilidad de cambiar si así lo deseamos.

Recordando las palabras de mi amiga y colega Beatriz Vilas le dije, "no lo olvides, los por qué son porquerías"

Y para ella fué revelador, a partir de ello ha cambiado su foco de visión por completo. Ha comprendido situaciones que la mortificaban, y se ha centrado en su presente teniendo siempre a la vista su objetivos.

Ya no rebusca entre las porquerías que pertenecen al pasado, es más feliz.

Y yo me alegro por ella.