En mi experiencia como Coach, he escuchado cientos de veces este tipo de manifestaciones de mis clientes, y lo curioso es que todos ellos (o casi todos) relacionan de alguna manera su malestar físico con aspectos emocionales, y sin embargo no suelen hacer más que intentar "callar el síntoma".
Cuando indago acerca de qué hacen con su dolor escucho respuestas como "tomo un analgésico" o "voy al fisio" o "me cuido con las comidas" etc...
Es decir, que de alguna manera saben que su cuerpo está respondiendo a una emoción y aún así deciden silenciarlo.
No me extraña, a nadie le agrada enfrentarse a sus miserias, a nadie le gusta escuchar reclamos. Y es por esa misma razón que nuestra mente "no se atreve" a revelarse claramente y delega en el cuerpo esa tarea, y éste utiliza su mejor estrategia para darnos un mensaje cifrado: "Estoy llamando a tu atención. Algo importante tengo para decirte, descúbrelo".
Probablemete te estés preguntando: Sí, ¿pero cómo?
Sé que no es sencillo, es como si nos hablaran en un idioma que no somos capaces de entender, sin embargo, si dedicamos el tiempo suficiente comenzaremos a captar de qué se trata, de la misma manera que si nos encontarmos con un extranjero y a partir de sus gestos, tonos y movimientos empezamos a darle significado a lo que intenta decirnos.
Te propongo que le dedique ese tiempo a tu cuerpo para escucharlo, que entables con él un diálogo para puedas enterarte de lo que tiene que contarte. Pregúntale, escúchalo, dale la atención que te reclama.
Te aseguro que merecerá la pena, aunque el proceso sea doloroso.
ESCUCHA TU CUERPO, Y HAZLE CASO, NUNCA MIENTE.
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